4 de mayo de 2014

7 respuestas

Gracias al facebook de Gorda! zine pude leer la columna que una tal Alejandra Azcárate escribió en julio de 2012 sobre la gordura. ¿Y quien es la señorita Azcárate? Pues ni lo sé ni me importa, no me voy ni a molestar en saber quien es, pero si me voy a molestar en contestarle a sus "7 ventajas de la gordura".

(En cursiva el texto que escribió y luego en negrita mi respuesta)

1. No piensan a la hora de comer. Esa es una invaluable sensación de libertad. No se mortifican por los horarios adecuados para ingerir los alimentos ni mucho menos se estresan por la escogencia de los mismos. Una bandeja paisa al desayuno no es una posibilidad absurda, al contrario, puede ser una realidad semanal.

Cuando me levanto por la mañana lo primero que pienso es ¡woooow otro día más para comer lo que quiero! ¡Genial! Entonces como no pienso en escoger ni en el equilibrio me lio a hacerme bocadillos de donuts con salami o en que pega mejor con los macarrones, si los berberechos fritos o si al taparlo con mayonesa es más que suficiente. Oh wait... es estresante pensar nuevas maneras de engordar y mezclar ¿no?

2. Cuando van a los almacenes no se pasan horas midiéndose opciones de prendas porque pocas veces encuentran su talla. Sus compras son breves. ¿Qué me queda? Eso me llevo. Punto.

Que se lo digan a los que me acompañan que las compras son breves... Cada vez que entro a un H&M o a una Forever21 tengo que llevarme un tupper para pasar la tarde de las horas que llego a estar, porque recordemos que como cualquier cosa ¡soy gorda! ¡Viva! 
Por otro lado he de confesar que muchas veces he dicho la frase aquella de "menos mal que no tienen mi talla" porque viviría bajo un puente si me comprara toooodo lo que viera de la talla 38. Pero eso de decir que la gente obesa no tiene donde escoger no es cierto, gracias a internet esa barrera se rompió por suerte ¡Arriba ASOS, NewLook y demás!

3. Se sienten como unas princesas ya que ellas sí conocen de cerca la verdadera caballerosidad. Los hombres les ceden el puesto por miedo a que se les sienten encima, las miran con ternura para evitar una agresión, les sonríen, las saludan con palmada en el hombro, les corren la silla porque no caben, les abren la puerta del carro para cerciorarse de que sí entran y no las morbosean porque rayarían con la aberración.

Jódete Alejandra! Y tu no! Jah! 

No, en serio, esta chica es retrasada o se dio un golpe cuando aprendió a montar en bici o el sol le afecta o algo. Si supiera la increíble discriminación y la cantidad de insultos gratuitos que recibimos por parte de esta gente caballerosa metería la cabeza en un cubo de agua y no la sacaría.

4. Disfrutan a plenitud la amistad. Las gordas no generan envidia, así que además de convertirse en grandes amigas producen una confianza que solo es recompensada con lealtad. No sufren el dolor de la traición ni prueban el veneno del engaño.

Bueno, tengo varias ex-amigas que no opinan lo mismo xD Y no, nunca me han traicionado... ¡ay si yo hablara! Incluso tenía una amiga que se negaba a salir conmigo porque yo siempre ligaba y ella no, y la chica era guapísima, pero queridas, no nos engañemos, el carisma hace tantísimo, no solo el físico, y eso, como diría un anuncio de perfume "se tiene o no se tiene".

5. En el sexo se desinhiben con facilidad. Contrario a sentir complejos por su figura, tienden a ser tan seguras de ellas mismas que se convierten en grandes amantes. Siempre se entregan como si fuera la última vez, porque de hecho saben que podría serlo. No tienen límites, no les preocupa si la luz está prendida o apagada, no las altera ninguna posición, saben con certeza que su fortaleza es generar placer hasta el punto de hacerle olvidar a su pareja la sensación de estar amasando un sofá abullonado.

A esto no voy a poner pegas. Follar como si se fuera a acabar el mundo es un placer que nunca experimentará aquí mi amiga la envidiosa :D

6. La playa o el plan de piscina no las cohíbe. Uno las ve pavoneándose sin pareo y sin el menor pudor. Se asolean como un sapo boca abajo desparramadas sin tapujos. Con la bronceada se les marcan los pliegues a los cuales el sol no alcanzó a entrar, quedan llenas de líneas como si hubieran sido atacadas por un león y no les importa. Salen de esqueleto, ombliguera o shorts, frescas.

De verdad ¿no os dan ganas de ahostiarla hasta que os sangren las manos? Me acuerdo que una persona a la que quiero y respeto muchísimo comentó que este blog generaba rabia y odio, pero es que con estas cosas ¿como no voy a incitar en alguna ocasión a eso? Sé que la violencia no es la respuesta, hasta que leí el apartado 6.

A todo esto, si supieras la cantidad de complejos que tengo yo en bañador y lo MUCHÍSIMO que admiro a todas esas mujeres que van como les da la gana por la playa y la piscina. Os aplaudo a todas aquellas que lo hagáis y toda mi admiración, algún día conseguiré hacerlo.

7. No viven pendientes de los tratamientos, trucos o sistemas para alcanzar la figura ideal, son conscientes de su realidad, se aceptan evitando luchas sin sentido. Así se aman y así las aman.

Voy a tirar ahora mismo todos mis pontigues, no me acordaba que soy gorda y todo me importa una mierda. ¡Bravo! ¡Bravo!

Conclusión:

Ni se es mejor siendo delgada ni siendo gorda ni siendo nada, se es feliz cuando uno se quiere, se acepta, se cuida y se mima de una manera positiva. 

No a lo superficial, no a la pose, no a las apariencias, no a los standares de belleza.

Sí a ser feliz, sí a ser natural, sí a ser uno mismo.



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